Rumbo al paro Internacional de Mujeres del 8 de Marzo: ¡NO VALEMOS MENOS!
La fotógrafa feminista Nair Cisneros inició el mes de marzo con una muestra fotográfica donde se plantea visibilizar la desigualdad a la que se encuentran sometidas las mujeres por el simple hecho de serlo y vivir en un contexto patriarcal.
Desde el 1 al 8 de marzo la artista irá subiendo a sus redes sociales un texto ilustrado con una fotografía de su autoría donde resaltará la necesidad de que la mujer sea valorada en igualdad de condiciones que los hombres, y concluirá con una muestra física en el sitio donde han sido tomadas las mismas.
A continuación compartimos la primera pieza de este bello trabajo:
NO VALEMOS MENOS
Querìa formarme y ejercer esta profesión. Lo que no supe nunca es que ser mujer me llevaría a tener que triplicar mis esfuerzos para que los jefes -siempre hombres- consideraran mis capacidades. Así y todo, ingresé a la empresa.
Era tanta la dedicación hacia lo que me apasionaba que quisieron tomarse de mis medidas físicas y de mi aspecto que no cuajaba con la hegemonía de barby que allí deseaban para mi puesto, y no pudieron. Tampoco pudieron con la culpa que intentaban cargarme por mi falta de deseo maternal. Tuve que hacer más horas, ordenar más cosas, crear más producciones que cualquiera de mis compañeros varones sólo por ser mujer, y tampoco pudieron. Ni con sus actitudes envidiosas cuando me veían crecer, ni con las soledades a las que me sometían a modo de adoctrinamiento por el simple hecho de atreverme a ocupar sus puestos, ni con el sueldo más bajo pese a cumplir la misma tarea o hacer más aún.
Seguía pensando que algún día todo eso se acabaría, que no era justo que alguien, sólo por ser hombre, subestimara mis conocimientos acostumbrado a la impunidad de vivir en una sociedad que avalaba sus privilegios por sobre los míos.
En momentos en que el cansancio me sobrepasaba, en que las ideas se agotaban y me desesperaba, en que la cizaña masculina me menospreciaba, nuevamente, sólo por ser mujer, más ansiaba empoderarme, y así fue.
Conocí compañeras y colegas de otras empresas y comprendí que mi padecimiento laboral era colectivo. Y seguiría siéndolo en tanto y en cuanto nosotras, como mujeres no frenemos esa maquinaria patriarcal a tiempo, y mientras los hombres no comenzaran a esforzarse por comprender la cantidad de generaciones a las que habían oprimido por la comodidad que el privilegio les había brindado.
Texto: Natalia Canteros
Ella: Ani Pontiac
Gracias Mariaan Zeta por los pañuelos para esta campaña