Editorial. Un Gobierno al Margen de la Ley.
Vidal y Ritondo en el Ojo de la Tormenta luego de la Redada en la que cayera abatido un Comisario de la Bonaerense. |
(Por Mariano De Andrea*) Dos jueces de la Corte Suprema de justicia de la Nación, que son nombrados por un decreto presidencial; una campaña electoral que es subvencionada por «aportantes truchos» en la provincia de Buenos Aires; leyes de blanqueo patrimonial que se dictan para permitir que amigos y familiares del poder puedan ingresar al mercado dineros espurios, provenientes de actividades ilícitas cuando no directamente delictivas; autorizaciones de funcionamiento de empresas
fantasmas sin autorización legal, a través de normativas municipales (como en el ejemplo de Morón de Fly Bondy); fugas de capitales, Panama Papers; deuda del Correo Argentino; son algunos ejemplos de la lamentable vigencia del título de esta nota, que recuerda a la obra de Carlos Santiago Nino, al cual podríamos parangonar: » Un cambio al margen de la ley».
El Conflicto Ético y Moral que destapa el Enfrentamiento entre Policías.
El viernes pasado (29 de marzo), en un enfrentamiento sin precedentes, oficiales de la Policía Federal se trenzaron en fuego cruzado con efectivos de la Policía Bonaerense en un procedimiento harto confuso y que terminó con la vida de un ¿narco comisario?
Paradógicamente, ese comisario integraba la fuerza que comanda el ministro de seguridad provincial Christian Ritondo para combatir el narcotráfico, banderín de batalla de un gobierno completamente mentiroso, decadente, desgastado y en retirada.
Sí es un Tema Institucional.
«No es un tema institucional» – dijo el Jefe de la Policía Federal según la nota que público el diario La Nacion este domingo – «son policías con varios años de carrera que decidieron delinquir y no estar del lado de la ley», señaló Rancaglia.
Sin embargo, el jefe policial se equivoca. Claro que es un tema institucional. Cuando la ley no se respeta desde los máximos estamentos encargados de hacer cumplirlas, cuando la falta de respeto institucional se advierte desde los sectores de gobierno en los que es más dable esperar un apego a esas leyes (como ocurre en el caso de la casación descentralizada bonaerense – de la que hemos escrito en otras oportunidades en este medio: ver «Un Poder Judicial al Margen de la Ley» y «Un Consejo de la Magistratura Dibujado») la situación de anomia institucional se desbarranca y el respeto a las normas se desvanece a todos los niveles de la administración.
• El caso del comisario fallecido no es una excepción, sino que es la confirmación de un sistema perverso que habiendo prometido un cambio institucional por la transparencia y el respeto de de los resortes institucionales, se ha pasado a todos ellos literalmente por la letrina (para no ser groseros).
«Para Muestra Basta un Botón…»
El general Perón decía que para muestra basta un botón: y ahí está el ministro de justicia bonaerense cajoneando – al decir del senador D’Onofrio – dos leyes democráticamente concebidas para descentralizar un tribunal corrupto como la casación provincial – que se obstina en no ser descentralizada para no perder esa capacidad de corrupción – y la gobernadora María Eugenia Vidal encubriendo y violando dos leyes votadas por unanimidad de todos los bloques, una de las cuales ella misma promulgó.
Si la máxima autoridad provincial, predica con el ejemplo y en el caso del nombramiento de jueces, incumple dos leyes y la propia constitución, cajoneando pliegos porque no pudo elegir a dedo a sus candidatos en la justicia, si el presidente de la Nación pide el juicio político a un juez federal que investiga casos de corrupción en su gobierno, ¿por qué alarmarnos si un comisario quiere también violar las normas, con el atenuante de que no es él quien ha promulgado esas leyes cuya supuesta violación han acabado con su vida?
Si la gobernadora puede no cumplir con las leyes democráticamente sancionadas que ella misma promulga, ¿por qué le podemos exigir a la policía que sí las cumpla, al ciudadano común que no viole las leyes o a los delincuentes que no cometan acciones contrarias a las normas que prohíben los delitos que cometen?
El Problema de una Ciudad sin Leyes.
No, querido Roncaglia, no es verdad que el enfrentamiento entre la Policía Federal y de la Provincia de Buenos Aires, que terminó con la vida de un comisario, no sea un problema institucional. Porque si el presidente viola las leyes, si la gobernadora o un ministro de justicia bonaerense pueden violar la ley; es obvio que estamos en el país del todo vale, y que el Estado pierde toda autoridad moral para reprochar que los ciudadanos imiten sus ejemplos.
Sócrates, condenado a muerte por un tribunal de justicia, dijo a sus amigos que no pensaba escapar, porque una ciudad no podía sostenerse si las leyes no eran respetadas. que moría «en defensa de las leyes». El comisario de la bonaerense recientemente fallecido, aparentemente, habría muerto por todo lo contrario. Seria la muerte de un servidor público, que imitando el ejemplo de su gobernadora, se
inmola en el altar de la violación de las normas.
¿Puede persistir una ciudad en la que nadie respeta sus leyes?
* Jurista y Escritor Especialista en Derecho Procesal y Penal.