HCD Morón. Sin la oposición de los Concejales de Tagliaferro, se rechazó la Rendición de Cuentas de la Gestión de Juntos por el Cambio.
(Morón) El Concejo Deliberante de Morón rechazó finalmente la Rendición de Cuentas del ejercicio 2019, el último de Ramiro Tagliaferro, luego de constatar la existencia de empresas fantasmas, contrataciones a amigos de funcionarios, mercadería faltante, desaparición de expedientes y una voluminosa deuda pública que ronda los $ 1400 millones.
Los números de la gestión macrista ni siquiera fueron defendidos por las y los concejales de Juntos por el Cambio que no estuvieron presentes en la sesión que tuvo lugar en el Teatro Municipal Gregorio Laferrere para respetar el protocolo sanitario previsto para monigerar el impacto de la pandemia del coronavirus.
El rechazo al registro contable de la gestión de Tagliaferro estuvo basado en el grave estado económico y operativo en el que su gobierno dejó el Municipio de Morón, con un déficit de $ 708 millones; según preciso la camporista Paula Majdanski. Además de la voluminosa deuda pública, desde el bloque oficialista señalaron hechos gravísimos que aseguraron que denunciarán judicialmente: «la contratación a empresas fantasmas o sin empleados, el pago de cuantiosos recursos a compañías sin trayectoria cuyos titulares tienen vínculos directos con funcionarios de Tagliaferro, la compra de mercadería, equipos o insumos hospitalarios que nunca llegaron al destino previsto y la asignación de voluminosas pautas publicitarias a portales de internet inexistentes, entre muchas otras malversaciones escandalosas del erario municipal», señaló el edil sabbatellista José María Gayoso.
Entre las deudas más cuantiosas se destaca la que la gestión Tagliaferro constituyó con la empresa de recolección de residuos Urbaser, a la que se le deben 15 quincenas (más de 6 meses) de servicio, por un total superior a los 600 millones de pesos. En un año electoral como fue el 2019, donde se invirtieron numerosos recursos en pautas publicitarias en medios y redes sociales y contrataciones de cartelería en vía pública, Tagliaferro llegó incluso a contraer deuda pública con el CEAMSE por más de 70 millones de pesos para poder derivar esa partida a otros gastos de menor relevancia.
En materia de empresas fantasmas, el bloque oficialista expuso varios ejemplos sorprendentes: en 2019 se compraron por casi $ 11 millones y medios alimentos secos y frescos, leches para el Hospital de Morón, golosinas, víveres para el Concejo Deliberante y alimentos para mascotas a una empresa cuyo titular es Franco Favini Ragone. Se trata de un amigo de funcionarios de Tagliaferro, cantante del grupo Destino San Javier y heredero del histórico Trío San Javier. La empresa a su nombre, según explicaron los ediles, no tiene depósito ni empleados y está domiciliada en un departamento de Lavalle al 1.500, en la zona de Tribunales en Ciudad de Buenos Aires.
Algo similar ocurrió con la proveedora Marta Inés Gómez – esposa de un vecino presentado como mayor contribuyente por el Gobierno de Tagliaferro -, a quien en 2019 se le compró alimentos para las colonias y el Hospital, botellas de agua, víveres para el concejo deliberante, elementos descartables, desayunos, servicios de lunch y meriendas para la Secretaría de Empleo, por más de $ 6 millones. La empresa a su nombre, domiciliada en un departamento de la calle Carlos Casares de Castelar, no tiene empleados, ni habilitación municipal, ni registra pago de tributos.
A pesar de la inmensa deuda que dejó Tagliaferro con muchos proveedores de servicios esenciales, en la víspera de su salida del Municipio – el 9 de diciembre de 2019 – le pagó varios millones a empresas como la de Tomás González García, de José León Suárez, (a quien se le compró insumos tan variados como estufas, juegos infantiles y artículos de librería por $ 15,5 millones) o Belfast S.A., de CABA, a la que le pagaron $ 3,8 millones para arreglar escuelas que no se sabe cuáles fueron. Esta última empresa declaró al fisco que no tiene ni un solo empleado a su cargo.
En ese marco, también destacaron la vertiginosa compra de 21.459 medicamentos e insumos a la empresa DNM Farma SA que demandó 11 trámites en el Departamento Ejecutivo, que se resolvieron en el tiempo récord de tres semanas (cuando un circuito de esas características suele tardar dos meses). Esa mercadería destinada al Hospital Municipal Ostaciana Lavignolle, curiosamente no se entregó en el nosocomio – como se establecía en la licitación -, sino en un domicilio del centro de Morón, y no hay constancias de que haya ingresado al centro de salud. Tan rápida como la tramitación de la compra fue la del pago, que se concretó antes del 19 de noviembre por un total de $ 2,5 millones.
Tras la argumentación y el debate, la rendición de cuentas 2019 fue rechazada por 13 concejales, mientras que Alejandra Liquitay se abstuvo a pesar de criticar fuertemente la conducción de Ramiro Tagliaferro y se reivindicó como militante de Juntos por el Cambio.
No hubo ningún voto a favor de la ejecución presupuestaria del último año de Tagliaferro. Al punto tal que el ex secretario de legal y técnica tagliaferrista, Cristian Herrera, aseguró que sus ex compañeros «montaron una puesta en escena» al no asistir a la sesión «porque no podían defender la rendición de cuentas»; y aclaró que él participó de la lista de Juntos por el Cambio «en contra de la voluntad expresa del ex intendente Tagliaferro…» Por su parte, el edil moronsureño también ex cambiemita, Nicolás Canario Soto expresó con todas las letras que el ex intendente «malversó fondos». Y para graficar la insólita actitud del bloque de Juntos por el Cambio, el renovador Marcelo González sindicó: «Es la primera vez que un bloque de concejales se escapa para no discutir los números de su propia gestión».