Covid-19. El Cura Villero contagiado de coronavirus dijo que «la pandemia puso en evidencia la vulnerabilidad» de los barrios populares.
El sacerdote Guillermo “Willy” Torre, de la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31, remarcó la importancia de tener un «Estado presente», aunque señaló que a pesar del los esfuerzos del Gobierno nacional, la situación de hacinamiento en los barrios populares hace que sea difícil frenar la enfermedad.
El cura villero Guillermo “Willy” Torre, de la parroquia Cristo Obrero del Barrio 31 de Retiro, contrajo coronavirus en una modalidad leve y se encuentra cumpliendo aislamiento en un hotel del centro porteño, había informado hace unos días el Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de la Ciudad y el Gran Buenos Aires.
A través de un comunicado, el grupo de curas villeros indicaron que era «bueno» el estado general de Torre y que «no presentó fiebre». algo que se pudo comprobar este jueves cuando Willy, como le dicen en el barrio, brindó una entrevista televisiva y se pudo comprobar su buen estado, algo que relató el mismo durante el diálogo que mantuvo con los conductores de C5N.
«La pandemia hace que se visibilicen problemas estructurales en los barrios».
A lo largo de la entrevista, el sacerdote sostuvo que atender la situación de los barrios vulnerables es «apremiante», que se vive en condiciones de «extrema precariedad» y que «el agua escasea» la mayoría de los días. «En esas condiciones de hacinamiento, es difícil contener el avance de los contagios de coronavirus», relató.
Asimismo, Torre se refirió al trabajo que realizan los curas villeros en los comedores, merenderos y otras actividades que realizan en los barrios vulnerables de la Ciudad y el Gran Buenos Aires, justamente las zonas que se convirtieron en las últimas semanas en las más afectadas por la pandemia del Covid-19.
«Ahí estamos acompañando a nuestros vecinos, compartiendo la vida y tratando de preservar su salud y garantizar el sustento diario; lo hacemos desde nuestros comedores y merenderos, escuelas transformadas en hogares de ancianos, gimnasios y parroquias que albergan familias que precisan salir del hacinamiento», detalló.
En ese contexto, el sacerdote advirtió que «la pandemia hace que se visibilicen problemas estructurales» en los barrios. «La realidad se nos vino encima. Por esto entendemos que las necesidades de nuestra gente están por sobre los riesgos que asumimos al seguir viviendo en nuestros barrios», complementó «Willy», en sintonía con un documento que el grupo de curas villeros había presentado el 5 de mayo pasado en el que alertaron la situación que se avecinaba.
«Ahí estamos acompañando a nuestros vecinos, compartiendo la vida y tratando de preservar su salud y garantizar el sustento diario».
La advertencia de los curas en estos días, con la curva de contagios de coronavirus en pleno ascenso en casi todas las villas del AMBA, cobra mayor relevancia y visibiliza la situación estructural e histórica que viven los sectores más postergados de la sociedad argentina. Una deuda de la clase política nacional, que en más de 37 años de democracia no han podido solucionar.