Bolivia. A un año de su exilio, Evo Morales vuelve a su país en lo que dio a llamar «La Caravana Triunfal».
En su última conferencia de prensa en la Argentina, el ex mandatario confirmó que partirá hacia Jujuy, donde visitará a Milagro Sala, para luego ir por tierra hasta la frontera la Quiaca-Villazón, donde cruzará a su país junto a cientos de miles vehículos que lo acompañarán en su gesta, que recorrerá gran parte del territorio boliviano.
El ex presidente boliviano y líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, confirmó este sábado que regresará a su país el próximo lunes, apenas un día después de la asunción del presidente electo, Luis Arce Catacora, jornada que marcará el comienzo de un nuevo período del denominado “Proceso de Cambio”, iniciado por el líder indígena en 2005.
Según indicó Morales, se pondrá al frente de “la caravana triunfal” y marchará por tierra durante dos días, desde la ciudad limítrofe con la Quiaca, Villazón, hasta el Trópico de Cochabamba, su tierra natal, donde llegará el miércoles 11 de noviembre, a un año exacto de su partida al exilio.
“El 11 salí de Chimoré para salvar la vida y el 11 volveré con vida a Chimoré”, dijo Evo, evocando su salida tras las presiones de la cúpula militar y policial de su país y para evitar una escalada de violencia de las fuerzas represivas y la bandas y patotas armadas de la derecha boliviana.
“Hermanos, vamos a volver”, prometió Morales a la comunidad boliviana que lo recibió a mediados de diciembre de 2019, cuando acababa de llegar a Argentina en calidad de asilado político, tras el golpe de Estado que le dio paso al gobierno de facto de Jeanine Áñez, quien si provocó un baño de sangre luego del derrocamiento de Evo, luego de casi 14 años de gobierno. Y esa promesa está a punto de cumplirse.
El líder indígena recordó en la conferencia los días sombríos los de “aquel arribo a la Argentina en diciembre del 2019”, luego de un breve paso por México. “Había más dudas que certezas”, evocó, pero llamó a su gente a “recuperar la democracia, recuperar la vida y recuperar la Patria”.
Todos los bolivianos que desbordaban la casa en el porteño barrio de Liniers respondieron “jallalla Bolivia” -viva en aimara-, el grito que se repite desde hace un año y que este domingo se repetirá cuando asuman Luis Arce y David Choquehuanca la presidencia y vicepresidencia del país.
También se escuchará ese grito de victoria cuando el próximo lunes el máximo líder del MAS y del Proceso de Cambio ingrese a su país por Villazón, luego de ser homenajeado y despedido por el presidente argentino, Alberto Fernández, en la Quiaca, antes de comenzar la gesta de “la caravana triunfal”.
En ese sentido, cabe recordar que el mandatario argentino, que en el momento del golpe era presidente electo, funcionó como un garante de la salida segura de Evo Morales y el vicepresidente, Álvaro García Linera, y de varios funcionarios y ex miembros de su Gabinete.
LA CARAVANA DEL TRIUNFO
Según expresó Morales, tiene previsto llegar el lunes en torno “a las 10 de la mañana a La Quiaca”, donde tanto él como García Lineara recibirán “un doctorado honorario de la Universidad Nacional de Jujuy” y participará del “acto de despedida” de su asilo en Argentina, junto al presidente Fernández.
Desde allí cruzará “a pie hacia Villazón”, remarcó, desde donde partirá “una caravana de 800 autos (aunque se calcula que puede llegar a ser 10 veces más grande) en un trayecto de 1.100 kilómetros en dos días”, recorrido que incluirá actos en varias localidades, hasta llegar a Chimoré el miércoles.
Según fuentes cercanas al ex mandatario, la decisión de ingresar a Bolivia con una caravana triunfal al día siguiente de que Luis Arce y David Choquehuanca sean investidos como presidente y vice del país tiene dos lecturas.
Desde el MAS afirman que Morales no participará de la ceremonia de asunción para no restarle protagonismo a los nuevos gobernantes, que coronaron el regreso de esa fuerza al poder en una contundente elección en la que sacaron más del 55% de los votos emitidos el 18 de octubre.
Aunque también existen interpretaciones que señalan que el regreso de Morales le sacará protagonismo a Arce en el mismo momento en que tiene que tomar las decisiones iniciales y nombrar ministros y autoridades, lo que puede verse como una puja de poder entre el ex gobernante y el flamante presidente.
Sin embargo, las principales resistencias en ese sentido vienen desde el entorno del vicepresidente electo, David Choquehuanca, quien fue desplazado del gobierno en 2017 por Evo, por tener pretensiones electoralistas, pero que en estos casi cuatro años construyó poder propio y hoy aglutina a las comunidades originarias y a gran parte de los movimientos sociales.
Por esta razón, Morales viene repitiendo desde los días siguientes a la elección que no ocupará ningún cargo público ni sugerirá nombres de ministros, “porque no corresponde”, aseguró, sino que se dedicará “a formar nuevos cuadros dirigentes del MAS”.
“Luego de la posesión del nuevo Gobierno, con el equipo de confianza que elija el presidente, Luis Arce, nuestra tarea será apoyarlo con los movimientos sociales para enfrentar la crisis en Bolivia con el modelo económico, político y social que eligió el pueblo”, sostuvo.
Sin embargo, para los millones de seguidores de Morales, el retorno de su líder a Bolivia será “una fiesta nacional”, aunque también encontrará en ciertos sectores un clima hostil, tanto en la Justicia como entre la derecha radicalizada de la oposición cruceñista, que todavía se niegan a reconocer la contundente victoria del MAS en las elecciones y llamaron a un paro.
LAS CAUSAS JUDICIALES DE EVO
Evo Morales señaló que puede regresar a Bolivia “sin riesgo de ser apresado” luego de que el 26 de octubre, días después de la contundente victoria electoral del MAS, la Justicia anuló la orden de detención en su contra.
Sin embargo, cabe mencionar que el ex mandatario tras su exilio fue acusado por el gobierno de facto de Jeanine Áñez de los delitos de “terrorismo y sedición”, y si bien la orden de detención se anuló, las causas siguen su curso, y la detención de una de sus ex ministras encendió luces de alerta.
La ex ministra de Comunicación y ex directora de la imprenta del Estado Plurinacional, Amanda Dávila, quien fue moderadora de la conferencia de prensa de esta jornada, denunció que la policía detuvo en el aeropuerto de Cochabamba a la ex ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Teresa Morales, por las causas judiciales que se le abrieron cuando estaba exilada en Argentina.
“Ese proceso fue cerrado luego de que el juzgado determinara que las pruebas en contra de ellas resultan insuficientes. El juzgado ordenó levantar el alerta a Migraciones y a Interpol”, aseguró Dávila, razón por la cual se mantiene la expectativa respecto al accionar de la Justicia del país vecino con el retorno real de Evo.
En ese sentido, vale remarcar que la Fiscalía Departamental de La Paz informó ayer, viernes, que citará a declarar al ex presidente una vez que se encuentre en territorio boliviano por las imputaciones de “terrorismo” que se le achacan.
“El proceso continúa, por acción de libertad se ha dejado sin efecto la imputación formal y estando él acá lo podemos citar para que brinde su declaración informativa”, dijo a la prensa el fiscal paceño Marco Cossío.
EL FIN DEL EXILIO DE EVO EN LA ARGENITNA
Finalmente, durante la conferencia, el ex presidente boliviano recordó su estancia en la Argentina, alguna de las casas en las que vivió, la solidaridad de bolivianos y argentinos que iban a visitarlo, que le llevaban frutas y verduras, que le llevaban carne, que preparaban asado, que organizaban partidos de fútbol (deporte predilecto de Evo, del que no puede evitar hablar).
También mencionó las largas jornadas, que comenzaban a las 5 de la mañana con ejercicios matinales y luego reuniones, preparando la campaña desde la Argentina. En ese marco, le agradeció a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, al Premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel, a Cristina y Alberto, a sus abogados defensores, Eugenio Zaffaroni, Baltazar Garzón y Gustavo Ferreyra; a los sindicatos argentinos, CTA, CTAA, Ctera, ATE, Camioneros y otros gremios.
A nivel internacional agradeció y saludo al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; al de Cuba, Miguel Díaz-Canel; al de México, Andrés Manuel López Obrador; al de Paraguay, Mario Abdo Benítez, quienes lo asistieron durante los momentos más críticos en las horas posteriores al golpe y a lo largo de su exilio.
“En la Argentina dejo parte de mi corazón”, dijo Morales al narrar las experiencias que vivió el último año, por momentos con seriedad y en otras oportunidades con una sonrisa y bromeando, sobre todo al mencionar los partidos de fútbol que jugó en este periodo y festejando entre sonrisas los que “ganó” su equipo. Alegrías que seguramente recordará a medida que se vaya alejando de Buenos Aires y que seguirá evocando una vez de regreso en su Patria.