Luis Arce asumió este domingo la presidencia de Bolivia en una histórica ceremonia de traspaso de mando que se celebró un año después del golpe de estado contra Evo Morales.
El presidente electo y su vicepresidente, David Choquehuanca, llegaron a la sede de la Asamblea Legislativa Plurinacional (Parlamento) a las 10.30. Allí, frente a representantes de más de 100 países, tomaron posesión de sus cargos, según el cronograma oficial.
A las 12.30, los ya flamantes Presidente y Vicepresidente se dirigieron hacia la Casa Grande del Pueblo, un edificio construido durante la tercera gestión de Morales para ser usado como sede del Ejecutivo, en lugar del histórico Palacio Quemado.
Durante el Gobierno de facto de Jeanine Áñez, la moderna conducción de la Casa Grande del Pueblo se utilizó como sede de las oficinas ministeriales y para conferencias de prensa, mientras en Palacio Quemado se usó como sede del Ejecutivo, denostando la obra levantada por el gobierno de Morales.
Una vez en el edificio recuperado como sede de Gobierno, Arce y Choquehuanca saludaron a las delegaciones invitadas en el imponente hall central del edificio y luego se tomaron la fotografía oficial.
Por último, el Presidente y el Vicepresidente participaron de un almuerzo con comidas típicas junto con los jefes de Estado y de Gobierno o representantes de las delegaciones e invitados especiales.
LOS INVITADOS
Entre los gobernantes invitados se destacan los presidentes de la Argentina, Alberto Fernández; Colombia, Iván Duque, y Paraguay, Mario Abdo Benitez, y el rey de España, Felipe VI.
Fernández, quien dio refugio a Morales durante los últimos once meses, viajó a Bolivia junto al canciller, Felipe Solá; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi; el senador Jorge Taiana, y el diputado Eduardo Valdés.
En tanto, por los Estados Unidos estuvo presente el subsecretario de Asuntos Internacionales Departamento del Tesoro, Brent Mclntos. Además, asistieron los cancilleres de Venezuela, Jorge Arreaza; de Irán, Mohamed Javad Zarif; de Uruguay, Francisco Bustillo, y de Chile, Andrés Allmand; el ex presidente de Panamá Martín Torrijos, y el presidente del Consejo de Ministros de Perú, general Walter Martos.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, envió sus felicitaciones al Presidente electo y destacó el compromiso de Arce para “construir un Gobierno de unidad nacional, así como el llamado a la reconciliación”.
EL CAMINO A LA PRESIDENCIA DEL MAS
Este traspaso de mando llegó un año después de unas elecciones en las que Morales, en el poder desde 2006, había ganado su cuarto mandato consecutivo, pero una sublevación policial y militar lo forzó a renunciar.
Morales ganó en primera vuelta esos comicios en medio de denuncias de fraude y protestas violentas, propiciadas y financiadas por la derecha y el establishment cruceño (Santa Cruz de la Sierra) que, con el apoyo de la Policía y las Fuerzas Armadas, tomaron el poder.
Arce y Choquehuanca llegaron al gobierno de la mano de Morales consagrandose en primera vuelta, con 55,1% de los votos, en los comicios del 18 de octubre pasado, reconocidos como transparentes por observadores electorales y organismos internacionales.
Arce y Choquehuanca, atentos a desalentar cualquier conflicto, anticiparon que Morales no formará parte de su gobierno, mientras el propio ex mandatario también se pronunció en ese sentido y anticipó sus planes de llegar a Bolivia un días después del traspaso del mando.
Los actos empezaron el viernes con una ceremonia no oficial en el complejo religioso preincaico de Tiwanaku, cerca de La Paz, donde chamanes aymaras les entregaron bastones de mando simbólicos a Arce y Choquehuanca.
“Estamos en Tiwanaku en el inicio de la ceremonia de ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra) para que la salud y fuerza nos acompañen para gobernar Bolivia”, escribió Arce en su cuenta en Twitter.
En la ceremonia se encendió una pira para, de acuerdo con la tradición aymara, hacer rogativas a la “Pachamama” (la madre Tierra) y bendecir al Gobierno que asumirá este domingo.
El presidente y el vicepresidente electos fueron vestidos con prendas de lana de alpaca, llama y oveja en tonos blancos, especialmente confeccionadas para el ritual principal.
Finalmente, cabe destacar que esas ceremonias fueron iniciadas en 2006 por Morales y repetidas en sus reelecciones en 2010 y 2015. Si bien ese evento es paralelo a los actos oficiales tienen gran relevancia para las comunidades originarias de Bolivia, en un país en el que alrededor del 50% de la población es de extracción indígena.