De como la violencia de género se trasviste a menudo de «compañera» y como la única manera de afrontarla es identificarse con otres y caminar a la par.
Con esas ídeas fuerzas se puede sintetizar la séptima pieza de la muestra fotográfica de Nair Cisneros; muestra que la fotógrafa y militante feminista actualiza a diario en su página profesional (Claves Fotografía) y que el próximo sábado 10 de marzo tendrá su exposición física en URDA, Espacio Cultural en Capital Federal.
Siento bronca, angustia e impotencia mezclada con la alegría de haber coincidido con vos. Ese cóctel rarísimo que se genera de encontrarse con personas maravillosas en medio de la adversidad. Pero, aun así, de todo lo que me pasa, es el desconcierto lo que me gana.
¿Cómo puede ser que te pasara a vos? A vos justamente, que para mí sos lo más cercano a una Valkiria. Vos que caminas y haces que la tierra tiemble, vos que haces que hasta el más macho se acobache ¿Quién se atrevería a intentar lastimarte? Si seguro los alejas a la primera de cambio que se hacen los vivos.
Mil veces te miré y pensé: ¿Quién podría con vos? si vos sos invencible.
Pero no, te pasó. Como a mí, como a muchas de nosotras. Porque sos mujer, y porque sos militante, y hacer política para nosotras, aun nos sale caro.
Era obvio que lo mismo que yo veía en vos, lo viera el, y más aún, que quisiera destruirlo. Porque para las bestias estas, que incorrectamente se llaman hombres, y se esconden detrás de la impunidad del poder, todo lo que sos, lo que representas, es un peligro que hay que eliminar. También saben mejor que nadie, que detrás de la dureza con la que marcas cada paso, se esconde la ternura que las mujeres nunca resignamos. Y se valen de eso, ¿sabes? El, y todos los demás. Porque saben que con la misma intensidad con que te paras ante lo que sea, sos capaz de amar, pero también, que el único amor que se nos enseña, es el que todo lo tolera calladamente, hasta que todo lo que sos como mujer se desvanece.
Que horrible pensar un mundo así. En el que falte tu persistencia y tu entereza. Pero como ante todo, vos sos la coherencia, hiciste lo que muchas no nos animamos a hacer: te paraste, te sacudiste el polvo y lo señalaste para que el mundo empiece a ver que los monstruos toman muchas formas e incluso se llaman “compañeros”. Que el poder los esconde y los apaña. Y que también llegó el momento de que eso se termine.
Ni Una Menos también es hacer lo que vos hiciste por todas nosotras. Poner el eje donde no estaba, en la política, ese lugar al que muchas nos abrazamos con convicción y donde callamos los peores maltratos en pos de construir un mundo mejor. Pero ningún mundo mejor puede suceder si quien nos oprime nos conduce.
Hoy para mí ya no estás en ese pedestal en el que te ponía, porque comprendí que ninguna está segura en ningún lado… pero en el fondo fue lo mejor, ¿no? porque eso nos puso una al lado de la otra, y esto ahora no termina, hasta que la sororidad mate al macho .
Te quiero toda así como sos, sin pretenderte ni blanca, ni nívea, ni casta.