(Morón, 23/08) En lo que quedará como uno de los días más tristes para la democracia de Morón, el intendente Ramiro Tagliaferro mandó a vallar todo el Concejo Deliberante y a cerrar la barra del recinto deliberativo, para que sus concejales con algún otro edil que le de una «gran mano» con el quórum, puedan avanzar en la sanción de la norma para derribar el busto del ex presidente Néstor Kirchner. Lo hará sin que se haya realizado audiencia pública y mientras se tramita un recurso judicial de no innovar en el fuero Contencioso Administrativo.
El preocupante clima de violencia política se acrecentó en los últimos días luego de que Tagliaferro transmitiera por las redes sociales una imagen de la zona de bustos de la plaza General San Martín, con la imagen de Kirchner tapada por un cartel de obra. Acto seguido, con la clara y evidente liberación de la zona, el busto de Kirchner fue derribado a mazazos, para luego reinstalarlo los trabajadores municipales.
En medio de este clima, la casa de la Democracia está cercada, cerrada, como para que nadie sea testigo de los que ocurrirá allí adentro en el día de hoy. Sólo resta saber quién será esta vez el «concejal número 13», o incluso «número 14», que le dará o darán quórum. Hoy, 23 de agosto de 2018, la democracia local sancionará la profanación de un presidente de la democracia, aunque a algunos no les guste.