Un maestro que lejos de predicar con el amor y la tolerancia, destiló odios impropios para la vida democrática, enseñando a odiar a Juan Domingo Perón, a Eva Duarte, al Papa Francisco, al matrimonio Kirchner y a todo aquello que roce con lo popular. Impulsó a través de las redes la recolección de firmas para que el gobierno de su jefe político, Ramiro Tagliaferro, derribe con topadoras el busto de Néstor Kirchner. Esta semana celebró la convocatoria a la sesión de hoy y la no realización de Audiencia Pública. Preparado para festejar el despropósito antidemocrático, falleció ayer a la noche, unas horas antes del comienzo de la sesión.
Se lleva con él un triste currículum en el que constan un sumario administrativo por un faltante de dinero en una de las escuelas donde laboraba y la sanción retrógrada y lesbofóbica que aplicara sobre dos alumnas del Dorrego por estar tomadas de la mano.