(Morón) El obispo de Morón, Monseñor Jorge Vázquez, se reunió con toda la oposición política para compartir las impresiones de la dirigencia local con respecto a los estragos que está generando el plan económico implementado por el oficialismo a nivel local, provincial y nacional. «Cada vez hay más hambre», coinciden todos.
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| Los Intendentes de Ituzaingó y Hurlingham, junto al obispo Jorge Vázquez |
Un Diálogo Amplio con Todas las Fuerzas Vivas
Jorge Vázquez tiene una íntima relación con el Papa Francisco, quién ya lo recibió en varias oportunidades y en alguna de ellas ya en carácter de Obispo de Morón. Comenzó la ronda de diálogo con el Foro Social y Económico que reúne a sindicatos, cámaras empresarias y dirigentes de distintas fuerzas. Participó e impulsó la realización de un seminario sobre Doctrina Social de la Iglesia y las adversidades del neoliberalismo, a través de la Pastoral Social diocesana. Se reunió a solas con el ex intendente y candidato para el mismo cargo en el año próximo, Lucas Ghi y, una semana antes de que el intendente Ramiro Tagliaferro derribara el busto de Néstor Kirchner, lo hizo con el bloque de concejales de Unidad Ciudadana de Morón, enviando incluso un representante al encuentro interreligioso realizado durante el «Florazo» que el Kirchnerismo organizó para repudiar la medida que luego dejó sin efecto la justicia de Morón, aunque el Municipio aún no lo repuso en su lugar. Posteriormente, el máximo referente de la Iglesia Católica diocesana se reunió con la ex diputada nacional y vecina de Castelar Margarita Stolbizer junto a su concejala, Sandra Yametti; hizo lo propio con los intendentes de Hurlingham, «Juanchi» Zabaleta y de Ituzaingó, Alberto Descalzo y cerró esta etapa del diálogo con los concejales locales del Frente Renovador.
Por El Diálogo Fraterno
En estos momentos de profundas dificultades económicas y sociales, la Iglesia Católica pretende generar ámbitos de diálogo y tender puentes de confraternidad. Algo que parece un tanto difícil en una ciudad donde el gobierno local entiende que «su negocio» es agudizar «la grieta», vapuleando cualquier posibilidad de diálogo, despreciando a la oposición política hasta incluso romper y derribar imágenes identificadas con la oposición. Algo así como la lo que hizo la mal llamada Revolución Libertadora de 1955 y profundizada con la dictadura cívico militar de 1976.
Pero la Iglesia de Morón, a partir de la llegada del Obispo Jorge Vázquez, no da el brazo a torcer. Entiende que no es un momento político para acrecentar diferencias sino más bien todo lo contrario, para buscar coincidencias básicas que permitan mantener la paz social respetando la diversidad de voces y de pensamientos.