(De Nuestra Reacción) El titular del APREVIDE (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte) de la provincia de Buenos Aires, Juan Manuel Lugones (en la foto con Tagliaferro), lanzó una cacería contra hinchas de Deportivo Morón, denominando a todos mafiosos, barras y cuanta descalificación encuentre a mano.
«Detuvimos a la barrabrava de Deportivo Morón, 26 detenidos por atentado y resistencia a la autoridad. Luchamos contra las mafias en la provincia», se despachó vía tweeter. Claro que para eso tienen la anuencia de la gobernadora María Eugenia Vidal y de su ex esposo, el intendente Ramiro Tagliaferro, quién en más de una oportunidad manifestó su desprecio por el Club Deportivo Morón. A su vez, comparte con el ministro de Seguridad de la provincia Cristian Ritondo su pasión por Nueva Chicago.
La Doble Cara de Lugonez
Lugones se hizo un lugar en el mundo del deporte a partir de asesoras a la Asociación de Madres y Familiares Victimas de la Violencia en el Fútbol (FAVIFA) y desde allí entabló distintas relaciones. Lo insólito no es el odio que lo une a varios dirigentes contra el club más grande del oeste, si no que parte de su imágen la construyó denunciando la connivencia de Mauricio Macri y el PRO con los barrabravas del fútbol.
En el año 2009, en un reportaje que le realizaron en la revista Diálogo, órgano de difusión de esa institución, explicaba así la visión sobre Macri: «En materia de violencia en el fútbol Macri no tiene autoridad moral para encabezar la lucha contra los barras. El jefe de Gobierno fue, durante 12 años, presidente de Boca Juniors y convivió con la barrabrava más grande y más violenta del país. Para nosotros, los dirigentes del fútbol, son los financistas de los barras y Macri no fue la excepción». Y agregó: «En la legislatura, la mayoría del PRO ni uno de los proyectos presentados por el diputado Martín Hourest en un programa llamado Fútbol por la Paz. Por un lado la política llama a luchar contra la violencia, por otro lado no acompaña los proyectos para combatirla». Y para hacer más patética su doble moral o su precio de vendido, concluyó ese mismo reportaje opinando acerca de los dirigentes que tenían miedo de enfrentar a los violentos: «Si un grupo de madres con un pañuelo blanco en la cabeza como arma, fueron capáces de pelear y enfrentar a la Dictadura de Videla, como no vamos a poder enfrentar a estos delincuentes».
El tiempo pasó y hoy Lugones cumple funciones al servicio de Vidal, Ritondo y Tagliaferro.