(Morón, 18/10) Daniel Escobar era un empleado de carrera de la Municipalidad de Morón que durante años cumplió funciones en la Dirección de Recursos Humanos. Hace unos meses, el intendente Ramiro Tagliaferro acordó con Escobar que deje de prestar funciones laborales pero que siga cobrando el sueldo.
Hace unos días, Escobar fue detenido con un poco más de un kilo de marihuana y bolsas con dosis de cocaína (no se especificó cuánto). Entonces, desde la Secretaría de Prensa que conducen Carolina Bartel y Santiago Salinas, lanzaron una brutal campaña mediática, mandando a publicar en portales afines al gobierno: «Cayó el Patrón del Mal de Morón». Además, dijeron que el joven detenido estaba en «comisión», «cumpliendo tareas gremiales en el Sindicato de Trabajadores Municipales de Morón». El municipio convirtió a Daniel Escobar en un peligroso narcotraficante y lo asoció, falsamente, al Sindicato de Trabajadores Municipales de la calle San Martín que conduce -hoy con licencia médica- Pablo Salvo.
La Difamación Como Práctica Política.
Es una constante en Cambiemos, particularmente en Morón, utilizar la difamación y la estigmatización como una herramienta de construcción política. En este caso, como su apellido es homónimo al del «Patrón del Mal Colombiano, Pablo Escobar Gaviria», convirtieron a Escobar en un pesado narcotraficante al que denominaron «el Patrón del Mal de Morón». Y para desligar del caso al ex esposo de la gobernadora María Eugenia Vidal se lo endilgaron directamente al Sindicato Municipal, información absolutamente falsa. Para ponerle más condimento al caso, desde la Secretaría de Prensa dicen que «se investiga la vinculación de Escobar con la barrabrava de Boca Juniors».
Hace dos semanas atrás, la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (APREVIDE) lanzó una cacería policial contra hinchas del Club Deportivo Morón. Detuvieron a 26 personas y les robaron un redoblante, cuatro bombos y banderas del «Gallo». El titular de APREVIDE, Juan Manuel Lugones, emitió mensajes por las redes sociales con las fotos del botín robado e informando, también falsamente, que habían «detenido a la barrabrava del Deportivo Morón». Lugones y Tagliaferro acordaron no devolver los bombos y las banderas y mostrarlos como trofeos de guerra.
Cerco Mediático y Judicial.
La farsa y estigmatización constante emanada desde el Estado sólo es posible con la complicidad de un periodismo escandalosamente afín y con jueces y fiscales que, por temor o convicción, avanzan para generar un control social que desde décadas no se vivían en nuestro país. Mientras tanto, un bombo puede ser considerado un arma de guerra, una bandera un estandarte subversivo, un joven morocho un barrabrava, un tenedor de marihuana un narcotraficante. Si todo eso se lo pueden endilgar al sindicalismo, mejor. Así funciona.