(Castelar, 1/02) El viernes 1 de febrero, recién llegado de sus extravagantes vacaciones en Europa, el intendente Ramiro Tagliaferro convocó a su domicilio, frente a la rotonda de Jiménez, en Castelar norte, a su ex concejal Christian Salinas. En su interior también se encontraban los custodios del ex esposo de María Eugenia Vidal. Era para notificarle, por segunda vez durante su mandato, al ex edil que debía retirase de las filas de Cambiemos. Esta vez fue por las amenazas de muerte que denunció su ex jefe de Campaña, Diego Llaneza.
Tagliaferro, Rebagliatti y Llaneza «hermanos de sangre» atravesados por la política y por los desplantes de Christian Salinas. |
El Escándalo de 2017.
La otra vez que expulsó a Salinas fue el 3 de abril de 2017 luego de que se conociera un audio donde, en el marco de una reunión político-institucional, el entonces concejal Salinas les pidiera dinero de su sueldo a los empleados de la Unidad de Gestión Comunitaria (UGC) de Morón sur. En aquel escandaloso audio, el dirigente explicaba que «la política se banca con la política…hay que pintar paredes con nuestros nombres, pagar los locales». Y además, aseguraba que Tagliaferro le dijo que si alguno molestaba «vaya y le pegue dos tiros». En esa oportunidad también esgrimió que el entonces Jefe de Gabinete, Carlos «Charly» Rebagliatti, le dio la orden de «apretar a los concejales en el ascensor» (NdR: El audio original fue publicado por el portal En Orsai). Fue tan grande el escándalo, que quién era el armador político del intendente y Jefe de Campaña, Diego Llaneza, lo obligó a renunciar.
«Una Hoja en Blanco.»
Desde aquel fatídico abril de 2017, Tagliaferro cambió la estrategia. Para las elecciones legislativas del mismo año, obligó a todos sus candidato a firmar su renuncia dejando libre la fecha y, de ese modo, cuando él lo disponga, le pone fecha a la dimisión. Esto lo cuentan sus propios concejales, que en varias oportunidades se vieron obligados a votar en contra de sus propias voluntades. «Si no votamos Ramiro nos echa a la mierda», dijeron avergonzados en más de una oportunidad.
La Reunión Salinas-Tagliaferro.
El viernes, en la enorme residencia que habita el jefe comunal en Castelar, le espetó a Salinas: «Te tenes que ir del espacio, me generás muchos problemas, no podés amenazar a Diego, él es mi hermano aunque estemos distanciados». Salinas se enojó mucho: «Ustedes me llamaron para que vuelva, quién te crees que sos», dicen que le respondió. Entonces, Tagliaferro le retrucó: «Si no te calmás te echo a todos los que tenes nombrados, incluso a tu mamá». Se refería a María Antonia Torres, que a modo de paga por irse en 2017 sin abrir la boca, fue nombrada empleada Administrativa con 40 horas en la Secretaría de Producción, a cargo del empresario de San Martín Esteban Casaburo; aunque funcionarios del área aseguran que nunca la han visto en dicha repartición. Por otra parte, el periodista José «Pepe» Del Gaudio (según lo aseguró a Quinto Poder) le transmitió a los más altos mandos del gobierno que Torres lo llamó telefónicamente para amenazarlo «si seguía hablando» de su hijo.
«Hermanos de Sangre».
Ahora están afuera de la estructura tanto Diego Llaneza como Christian Salinas. Pero volvió Carlos «Charly» Rebagliatti quién no ocupará ningún cargo en el gobierno aunque asumió el rol de Jefe de Campaña. Llaneza, Rebagliatti y Tagliaferro decían ser «hermanos de sangre». Hoy que la interna de Cambiemos aflora más agresiva que nunca, no se sabe que les deparará el destino a estos tres amigos que soñaban con terminar el mandato a irse «a recorrer el mundo en moto», de acuerdo a lo que ellos mismos contaban.