En el documento difundido por las redes sociales, las organizadoras del parlamento explicaron «las entidades institucionales a las cuales se les solicitó colaboración no oficializaron ni concretaron el espacio físico donde realizaríamos el encuentro». Y agregaron que «sectores de organizaciones indígenas de Rosario, se acercaron a las reuniones de la Comisión Organizadora con otros fines que hacen a la agenda coyuntural y no a las necesidades históricas de autodeterminación de nuestras Naciones…»
Comunicado del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. |
«Nunca hubo un Compromiso Real…»
Consultada por nuestro medio en busca de más precisiones sobre la decisión tomada de trasladar la fecha y el lugar del Segundo Parlamento, Moira Millán explicó: «En enero se constituyó una comisión organizadora del Segundo Parlamento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. Las hermanas con muchos esfuerzos presentaron notas, solicitaron, hicieron gestiones al municipio de Rosario y también a algunas áreas involucradas en la provincia como es el IPAS (Instituto Provincia de Aborígenes Santafesinos). Estuvieron trabajando mucho en la gestión de la infraestructura – necesitábamos un lugar para realizar el evento – y para alojar… 300 mujeres… Decían que sí nos iban a apoyar, pero en realidad resultó que nunca se constituyó un compromiso real, nunca materialmente aparecieron los lugares. Y luego de que el Movimiento de Mujeres Indígenas ya decide no hacer el parlamento, postergarlo porque no estaban dadas las condiciones y que vimos esta soledad que mencionamos en el documento, nos enteramos que el CEAPI (Consejo de Educación Autónoma de los Pueblos Indígenas), que es una organización dentro de otro estamento del gobierno, INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), presidido por Félix Díaz… había decidido hacer un parlamento de mujeres indígenas del Cono Sur en la Ciudad de Rosario con fondos del gobierno macrista, con la apoyatura del gobierno rosarino, y lo tenían previsto para los mismos días que nosotras (25, 26 y 27 de mayo) con toda la infraestructura que se nos negó… Porque, claro, detrás estaban estos dos poderes dando la venia.»
«Una Gran Traición…»
«Sentimos que fue una gran traición porque de entrada podrían haber dicho: «Miren, no estamos de acuerdo con que ustedes traigan su parlamento acá; sin embargo creemos que es una agenda cooptable la de las mujeres indígenas y vamos a usar las mismas consignas que ustedes, pero vamos a hacerlo en función de nuestros intereses como gobiernos», usando por supuesto a las hermanas indígenas que lamentablemente siguen apostando por la estructura de estado… que no sólo no recoge nuestra agenda, si no que encima intenta todo el tiempo pisotear nuestros derechos»; agregó en otro párrafo de su diálogo Millán.
«Somos Ideológicamente Autónomas…»
En ese sentido, la referenta aborigen profundizó: «Cuando el Movimiento de Mujeres Indígenas plantea que somos autónomas, no nos referimos a la autonomía económica; porque no siempre tiene autonomía quien tiene la billetera (aunque suele suceder); si no la autonomía ideológica..» E insistió en la necesidad de. «poder llevar adelante un espacio de interlocución verdadera, honesta, horizontal y recíproca entre las mujeres indígenas en donde los temas que se aborden sean realmente de nuestra problemática.» Y ejemplificó crudamente: «En Rosario uno de los temas que probablemente este encuentro que se haga allí (NdR. el organizado por el cacique filomacrista Félix Díaz) lo omita es el problema del narcotráfico en los barrios indígenas, es el problema del tráfico sexual de niñas y niños indígenas. Entonces nosotras (queremos) hablar de temas que son sensibles y que, por supuesto, ningún gobierno quiere mirar porque están todos involucrados en una mafia organizada para combatirnos…»
«Argentina es un País Racista…»
Y ante el destrato de estos dos modelos políticos aparentemente distintos, aunque en la práctica no tanto, (el socialismo que todavía gobierna la provincia de Santa Fe y también la Ciudad de Rosario, y el macrismo que gobierna a nivel nacional), pero que ella hace extensivo a todos los gobiernos que atravesaron la historia de una argentina que reniega sistemáticamente de sus raíces aborígenes, exclamó: «Estoy muy triste, muy dolida, muy indignada y siempre me lamento de que me haya tocado ser indígena en este país. Y tal vez por eso, porque me tocó ser indígena en un país tan racista como este, los espíritus nos mueven a querer cambiarlo todo…»