(Morón) Darío Silva, el sindicalista preferido de Mauricio Macri y Ramiro Tagliaferro, cuenta con apoyo oficial para retener la conducción de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), en una elección que se realizará el próximo miércoles 7 de agosto. Enfrente tendrá a la lista combativa que encabezan Oscar Darío Sosa y el municipal Rodolfo Guelfi, quienes además llevan a Hugo «Cachorro» Godoy como secretario general nacional y a Oscar «El Colorado» De Isasi en la conducción provincial.
Hoy Silva obtuvo permiso de los directivos del Hospital Posadas para sacar a los trabajadores del nosocomio para realizar una caravana hasta el centro de Morón, custodiado por la policía de la provincia de Buenos Aires y la Dirección de Tránsito de ese Municipio. El acto lo realizó en la intersección de las calles Mitre y 9 de Julio (donde la seccional Morón que comanda tiene su sede administrativa) al mediodía, desde donde defendió su postura de no enfrentar al ajuste Macrista en la Salud, ajuste que incluyó persecuciones y despidos masivos en el Hospital Posadas desde donde construyó su régimen sindical.
El Plan para que Festeje Macri.
El intento por lograr el triunfo de Silva el miércoles 7 se diagramó entre el ex ministerio de Salud y el gobierno de Morón, e incluye aprietes en las reparticiones públicas para que los empleados de ANSES y PAMI voten a la lista de Dario Silva. Lo mismo ocurre en el Hospital Posadas, donde los jefes políticos – siempre bien custodiados por Gendarmes – instruyen a los empleados sobre la obligatoriedad por votar al robusto sindicalista.
Confianza Opositora.
Pese a todo, Darío Sosa y Rodolfo Guelfi se manifiestan confiados con el posible resultado. Saben que nunca se estuvo tan cerca de ganarle a este prototipo de la «burocracia sindical» y con toda la violencia a cuestas.
Además de pelear el voto «cuerpo a cuerpo» se preocuparon para que se garantice la seguridad del comicio y la integridad física de los votantes. Por primera vez en años, la elección dentro del Posadas no se realizaría dentro del denominado «chalet» que Silva posee en ese nosocomio y la justicia federal está advertida de las maniobras violentas a las que el enfermero de ATE está acostumbrado.
El primer miércoles de agosto se sabrá si la burocracia sindical puede ser derrotada o si, ahora con el apoyo del gobierno, permanecerá un tiempo más en el rol de sostenedores y defensores de las políticas laborales de Cambiemos.