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Morón. Ediles Opositores recorrieron el Hospital Municipal en medio de la Emergencia Sanitaria Negada por el Oficialismo.

(Morón, 04/10) En el marco de la preocupante crisis que está atravesando el Hospital de Morón concejales de los bloques opositores del deliberativo local recorrieron las instalaciones del Ostaciana B. de Lavignolle junto a representantes de la Asociación de Profesionales del Hospital de Morón y diversos jefes de servicio.

Ediles del interbloque Frente de Todos (Florencia De Luca, Jorge Laviuzza, Diego Spina, Marcelo González, Rogelia Franco y Hernán Sabbatella), y de los monobloques Frente Renovador Tercera Posición (Domingo Bruno), y Argentina de Pie (el flamante unibloque del díscolo ex cambiemita Nicolás Canario Soto, que dejó su banca en medio de una explosiva misiva a la titular del ayuntamiento moronense, Analía Zappulla, ver: «Canario Soto renunció al Bloque de Concejales de Cambiemos…» ), y una asesora del monobloque del GEN de Sandra Yametti recorrieron durante una hora y media las instalaciones del edificio y los servicios esenciales para poder brindar una atención fundamental y asegurar la supervivencia y la sanación de los 150 internados que tiene el nosocomio moronense al día de hoy, y los eventuales ingresos de diversa gravedad.

Una Obra paralizada.

En primer término, los ediles recorrieron el sector antiguo del hospital donde estaba prevista la segunda etapa de la remodelación del mismo (encarada durante la gestión de Lucas Ghi y paralizada totalmente por la de Ramiro Tagliaferro) que abarcaba la guardia pediátrica, la de adultos, la guardia para pacientes críticos que no pueden ser trasladados a terapia intensiva por falta de camas; cuyas instalaciones se encuentran en un estado deplorable con techos que se llueven con las mínimas precipitaciones, mamposteria que se cae o paredes agujereadas.

El Depósito de los Insumos que no sirven.

Continuando por la farmacia del Hospital donde las farmacéuticas se mostraron realmente muy preocupadas por la falta de insumos específicos, la mala calidad de los que se proveen, y la demora y escasez con la que se entregan los medicamentos solicitados. 

En efecto, uno de los médicos guía de los ediles indicó al respecto: «Puede ser que el depósito esté lleno de medicamentos; pero los específicos son lo que cuestan conseguir y no llega en tiempo y forma.» 

Por su parte, una de las responsables del sector indicó que hay mucha mercadería que directamente se tiene que devolver y explicó: «Hay cosas que han llegado con vencimiento a 3 días, han llegado cosas que no son las correctas.» Y ejemplificó: «Los baxter de fisiológico que estaban entrando les dijimos 20 veces que no lo traigan porque pierde el fisiológico: Cuando uno le conecta la guía de suero filtra: eso, si uno le pone medicación, parte de la medicación no va al paciente porque cae afuera. Casi se nos quema una bomba de infusión porque el líquido cayó sobre la bomba… Compran cosas que… no son de buena calidad, no es lo que nos sirve…» Y siguió: «Todo el tiempo estamos así. Entran agujas que no pinchan, agujas sin bisel. Pero a la nada terminamos usándolos porque no tenemos otra cosa.»

Ante este drástico panorama, los profesionales consideran que tienen un doble desafío: por un lado ingeniárselas para poder seguir atendiendo a los pacientes que llegan al centro de salud, y por el otro no naturalizar esta terrible precariedad con la que conviven a diario.

«Los Proveedores dejan de venir…»

En la cocina del hospital ocurre algo similar. Al respecto, la titular del servicio le comentó a los presentes: «Ante la falta de mercadería, ponemos voluntad para resolver la urgencia del momento.» Y acotó: «Hay un proveedor que hace 3 semanas que no está viniendo… Y hoy recién entró el pan, después de 5 días, no teníamos pan desde el domingo…» 

Esta situación, se debería a la falta de pago en tiempo y forma; sugieren desde el servicio de cocina, aunque aclaran que muchos de los proveedores «dejan de venir sin hacer ningún comentario».

En sintonía con lo descrito por las farmacéuticas, las trabajadoras de cocina resaltan la dificultad que tienen para proveer la alimentación enteral (la que va por sonda) a los pacientes que no pueden deglutir: «Las botellas están rotas y no entran las vías», indicó una de las presentes. Y siguió: «Hay que estar haciendo malabarismo para que los alimentos pasen por las vías». La gravedad en este último ítem es literalmente de vida o muerte. Así lo explicó el titular de la Asociación de Profesionales Hernán Bermejo: «Los pacientes que solicitan alimentación enteral son los que están en coma clínico o coma farmacológico, o pacientes oncológicos que no pueden deglutir. La falta de alimentación enteral les puede producir la muerte. Hay que tener en cuenta que los requerimientos metabólicos de un enfermo es muy superior al de una persona en buen estado de salud.»

Laboratorio.

Finalmente, profesionales y ediles se dirigieron al sector de laboratorio, donde el panorama no fue muy distinto a lo de las otras áreas del hospital, aunque en tren de ver la mitad del vaso medio lleno; la jefa del sector señaló que la tecnología que allí se utiliza es de última generación y, que eso es posible gracias al sistema de comodato que permite acceder a lo último en equipamiento de laboratorios hospitalarios. Sin embargo – en un dato no menor – los equipos más modernos tienen como mínimo 5 años de antigüedad, mucho antes de la llegada de Ramiro Tagliaferro al sillón de Laferrere.

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