Una Caza de Brujas.
Es que, lo que hasta diciembre de 2015 era un mero trámite administrativo donde los empleados que no pertenecían a la planta permanente del Posadas renovaban su relación de dependencia por 12 meses más, se convirtió desde entonces en una «casa de brujas», donde se dejó cesantes a cientos de trabajadores, siendo el caso más emblemático el de marzo de 2016 cuando se dejó en la calle a 638 familias. Luego de esa primera ola de despidos, se siguieron desvinculando no profesionales, enfermeros y ayudantes de enfermería, y profesionales médicos haciendo hincapié en el sindicalismo combativo, y en especialistas médicos (en particular de algunas prestaciones de mediana y alta complejidad que, desde la cartera de salud nacional, pretenden hacer desaparecer para cerrar servicios y «recortar el gasto público» en lo que atención a los más vulnerables corresponde).
La Atención Sanitaria Desmantelada.
El paso siguiente previsto por la administración del binomio Pablo Bertoldi Hepburn – Juan Ignacio Leonardi, sería convertir en monotributistas a todos los profesionales que no sean de planta permanente, es así que casi 300 trabajadores de la salud deberán acatar esta resolución o dejar de formar parte del plantel médico del Posadas. De darse esta última posibilidad, los despedidos desde que Macri llegó al gobierno ascenderían a los 2000 trabajadores. Ese número es el 35 % de la planta que recibió el macrismo en 2015 y, como denunciaron gremios como la CICOP o el STS, en estas condiciones la atención de excelencia que brindaba el Posadas no sólo a la Argentina, si no también a ciudadanos de países hermanos del Cono Sur, se encuentra herida de muerte.
Tres Casos Emblemáticos de Persecución a Trabajadoras Sindicalizadas.
En ese contexto, profesionales como la ex jefa del área de salud mental, Gisela Mannoia; la trabajadora social, Irma Trímboli, o la enfermera Evangelina Martínez, se encuentran en la mira del director de recursos humanos, Juan Ignacio Leonardi.
De Jefa de Psiquiatría a cobrar el Mínimo, Vital y Móvil.
Perseguida por Portación de Apellido.
Ante los reiterados reclamos (entre los que mediaron también intercesiones frustradas desde ATE Nacional y la FESPROSA), Leonardi sólo respondió por mesa de entradas dos de las misivas hechas por Trímboli. Con fecha 12 de noviembre, arguyó que «la liquidación de haberes se corresponde con la normativa aplicable en la materia». Y, párrafo seguido, advierte maliciosamente que «se verifican significativos incumplimientos en la carga horaria legal y convencional… (y que) se dispondrá el descuento de los mismos sin que ello resulte óbice para disponer toda otra medida que resulte aplicable…»
En una segunda nota, con fecha 18 de diciembre, Leonardi se limita a desconocer el legítimo reclamo de la trabajadora social, porque «no luce agregada documental que acredite los extremos jurídicos en los que funda el derecho invocado…»
Ante esta evidente persecución, Trímboli claramente agobiada, solamente espera que se le invente una causa – a ejemplo de lo que le ocurrió al referente del STS, Luis Del Río (ver: «Continúa el Despido…») – para echarla del Hospital al que le dedicó toda su vida profesional.
Las Consecuencias de oponerse a Darío Silva.
¿Una Nueva Ola de Despidos en Puerta?
Martínez sigue trabajando, pero ha tomado este incidente como un preaviso de su posible despido; y asegura que cada vez son más fuerte las versiones que agoran casi 320 despidos para comenzar el 2019.