(Morón) Florencia Ortiz era mamá de 2 niñas de 8 y 3 años, y el 25 de febrero fue mamá de un bebé de 4 kilos y medio, luego de un parto natural que la confinó a una internación que se extendió por 5 meses y de la que nunca salió. El 25 de julio cuando, su hijo menor a cuidado de familiares cumplía 5 meses, Florencia dejaba de existir luego de un cuadro que se fue agravando y que – según testimonio de sus familiares – luego de detectarle los médicos líquido encéfalo raquídeo, determinaron que su cuadro era irreversible.
El caso de Florencia, se suma a otras denuncias de mala praxis en el Hospital Municipal de Morón. En este caso, el desenlace fatal para Florencia agrava la situación.
«Ella entra el 25 de febrero a tener el bebé, la llevan a parto normal, se dan cuenta de que tiene 4,535 kg., desgarra el útero y se va en sangre. Cuando quieren parar la hemorragia, la pasan a quirófano, le sacan el útero, ahí controlan la hemorragia, la entuban y la pasan a terapia intensiva donde queda en coma 19/20 días»; asegura una de las familiares de Ortiz que, además sostiene, que al momento del parto las asistentes no estaban atentas a la operación, si no pendientes de sus celulares.
Un Desenlace Evitable.
En ese sentido, en su testimonio la familiar de la madre fallecida agrega: «Entró a tener su bebé y salió en un cajón». Y precisó: «Los 4 meses y medio que estuvo en el hospital estuvo siempre con fiebre y le daban cualquier diagnóstico: un día le decían que tenía una endocarditis, otro día le decían que tenía una tuberculosis, después le dijeron que tenía meningitis, y así la tuvieron todo el tiempo… Nunca dieron con un diagnóstico, no se sabe qué tuvo…» Agrega asimismo, que debido a los síntomas que presentaba se solicitó en reiteradas veces su traslado al Hospital de Agudos Luis Güemes de Haedo, que cuenta con equipamiento especializado para el tratamiento de cuadros como el de Florencia Ortiz. Sin embargo, siempre de acuerdo a lo relatado con su familia, esto se logró recién la última semana de vida de Florencia cuando su estado de salud era irreversible y se esperaba el fatal desenlace.
Otro terrible testimonio que se suma al actual panorama de abandono y desidia en la salud pública del distrito, que se cobra una vida y desarma a una familia.