Para los mayas el ser humano se originó del maíz que da la tierra y el agua; según el popol vuh, «el libro de la comunidad» en idioma Kiché, somos semilla de la tierra, y vivimos en un medio donde convivimos todos y debemos respetar.
A pesar de la historia de nuestros territorios con procesos de colonización y acumulación capitalista con oligarquías profundamente racistas la lucha está vigente.
Lolita Chávez activista guatemalteca, líder indígena, referenta mundial de los Derechos Humanos y defensora de los recursos naturales nos comparte varias reflexiones en cuanto a lo que se vive hoy en día, en el marco de una pandemia mundial, donde se debe discutir sobre los derechos fundamentales de la vida, el medio natural y el feroz avasallamiento del capitalismo.
Nos cuenta: “Como pueblos originarios nuestra mayor inspiración es la red de la la vida, es decirles también que estamos vivos y vivas porque hemos pasado viruela, gripe, sarampión , fiebre amarilla que dicho sea de paso no los hemos provocado los pueblos originarios pero han invadido a través de la colonización que lo trajo a nuestros territorios, entonces si hemos liberado estas situaciones vamos a salir”.
«Nuestra mayor inspiración es la red de la la vida…»
Para Lolita, debemos reconocer e interpelar a la humanidad para poner en agenda a los pueblos originarios, con esa gran creatividad histórica basada en el amor profundo a la relación de la vida con la conciencia cósmica que supere los racismos. Ella es originaria de Quiché que significa «Lugar de árboles» en Guatemala, un país que históricamente ha sido golpeado, saqueado de sus recursos naturales, con la brutal experiencia de genocidio indígena perpetrado por aparatos militares del estado entre 1960 y 1996 con un saldo de 250,000 muertos y desaparecidos y miles de desplazados en su mayoría de pueblos indígenas de áreas rurales. Pueblos originarios de Nuestra América (Abya Yala) con bases productivas en la agricultura con un legado maya, tanto en lo cultural como en la filosofía de vida, con cosmogonías relacionadas con la naturaleza; el sol, la luna y las estrellas, las grandes pirámides de piedras, el maíz, la tierra, la piel y sangre humana que son relaciones que conviven en una mismo medio.
Ha sido una Guatemala invadida, saqueada, donde ha corrido mucha sangre desde hace 500 años, como en otras partes de América Latina, y por tanto con un estado basado estructuralmente en el racismo, clasismo, y en los últimos años en ordenes neoliberales que responden a un capitalismo salvaje que no respeta la vida ni los símbolos de identidad, solo importa el interés de ganancias de grandes transnacionales que acumulan capital en pocas manos. Sin embargo el pueblo indígena guatemalteco resiste y está presente en distintas voces con la lucha y dignidad como bandera.
Lolita Chávez es un ejemplo presente de la resistencia y la denuncia sobre la depredación injusta de la tierra y el agua.
Lolita menciona: “Los racismos generan otras opresiones así que exigimos que también esas comodidades que tienen los millonarios que puedan ser también redistribuidas, de las bancas, en los pueblos , en los territorios para recuperar las tierras para recuperar la soberanía alimentaria la soberanía en salud también desde nuestras cosmogonías, que no nos vean solamente como paisaje no somos parte del paisaje, somos defensores y defensoras de los territorios”
«No somos parte del paisaje, somos defensores y defensoras de los territorios…»
En el marco de esta pandemia, donde hay un susto generalizado, en un frenazo lleno de incertidumbres, donde ha quedado demostrado que lo que afecta a uno, nos afecta a todos, y que el virus que genera muerte se llama capitalismo salvaje y depredador, la naturaleza es una misma y los grandes millonarios también se enferman y mueren. Donde la naturaleza nos da el aire y el agua y no la plata que acumulan grandes empresarios en los bancos
Lolita hace algunos años vive fuera de Guatemala por amenazas de muerte e intentos de asesinato por defender la vida de las grandes transnacionales extractivitas. Y sigue siendo una voz importante en todo el mundo para denunciar estas injusticias, expresada siempre con la conciencia, con la sonrisa, con el amor a la vida, la coherencia de su experiencia de vida, filosofía del legado maya que arrastra sabiduría ancestral. Y no solo de Guatemala sino de todos los pueblos indígenas de América Latina azotados por el racismo y la indiferencia.
“Desde nuevos internacionalismos de los pueblos de Abya Yala, también hacemos un llamado no solamente a los pueblos originarios sino a toda la humanidad que no nos convirtamos en soldados de esos estados que lo único que quieren es exterminar a los pueblos originarios para seguir con el saqueo de nuestros bienes, entones eso le pedimos a la humanidad que no haya ambigüedad y que los movimientos y los pueblos podamos fortalecernos en esas agendas propias de justicia de legislación y de acciones concretas en los territorio. Vivas, libres y en nuestro territorio nos queremos,» cierra Lolita.